miércoles, 24 de febrero de 2010

la voluntad del invisible

Entre pito y flauta, vagina y trombon descubrí que la mujer nunca le niega el si a un par de invisibles. Viajaba en el subte linea d hacía la estación José Hernández, en mi vagón habría 6 mujeres y unos cuantos hombres. Un joven paso dejándonos un cartoncito con 12 invisibles puestos uno al lado del otro y comenzó a contar un poco su historia. 40 segundos después las 6 mujeres del vagón, y yo súper incluida, teníamos en nuestras manos nuestra voluntad. Pues en el cartoncito el joven vendedor apelaba a nuestra conciencia, voluntad y mas importante aún nuestra posibilidad de darle alguna que otra moneda por los invisibles. Me puse a pensar que difícil hacer que estas 3 variables lleguen a un acuerdo. Habrá quien quiera darle mas de lo que puede, quien no quiera darle nada por que no le interesa y quien quiera los invisibles, no tenga voluntad o posibilidad de hacer la compra. Acto seguido, mire y escuche como una a una entregaban sus monedas. Eramos todas mujeres. Entendí porque al final algo que se presenta como ilógico, quién vendería invisibles en un subte, se vuelve un negocio. Las mujeres compramos. Y en esa compra nuestra voluntad se vuelve visible, y nos vamos contentas, de ayudar y peinarnos mejor.

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